Un esguince de tobillo es la lesión que ocurre con mayor frecuencia en el tobillo. Suele ocurrir durante una actividad física que implica carga del peso en los pies (caminar, correr o saltar, y en deportes como fútbol, voleibol, balonmano…etc) y donde el pie realiza un movimiento excesivo superando el límite que permiten las estructuras estabilizadoras del tobillo, lo que resulta en lesiones de estas estructuras.
Es mucho más frecuente encontrar esguinces del Ligamento Lateral Externo (al producirse un movimiento forzado hacia la inversión del tobillo/pie) que del Ligamento Lateral Interno por razones biomecánicas y anatómicas. Y dentro del LLE (se compone de tres ligamentos), el que más se lesiona es el haz anterior (Ligamento peroneo-astragalino-anterior), seguido del peroneo-calcáneo y por último el haz posterior.
Un esguince de tobillo se produce cuando las fibras de los ligamentos que soportan el tobillo, se estiran o se desgarran.
Según la gravedad podemos clasificarlos en 3 grupos:
• Grado I: las fibras del ligamento se estiran.
• Grado II: se rompen porciones de ligamento.
• Grado III: desgarro completo del ligamento.
La gravedad de la lesión determinará la cantidad de tiempo de inactividad, el tipo de tratamiento y rehabilitación. A pesar de que la gravedad del traumatismo varía en gran medida, algunas de las pautas generales de tratamiento y rehabilitación son apropiados para todos los esguinces de tobillo.
El tratamiento inmediato
Durante las primeras 48-72 horas se puede realizar el protocolo RICE: reposo, hielo, compresión y elevación.
• Reposo: Reducir, modificar o eliminar la carga de peso y otras actividades que provocan dolor.
• Hielo: aplicar hielo durante 10 minutos varias veces al día
• Compresión: vendaje
• Elevación: elevar la extremidad más alto que el nivel del corazón para favorecer el retorno venoso.
• Baños de contraste: combinación de agua fría y caliente para estimular la circulación.
Si consideramos que el esguince puede haber sido grave y hay sensibilidad en alguno de los huesos del tobillo es conveniente realizar una radiografía para descartar posibles fracturas; por ejemplo, de peroné, fisura de astrágalo, 5º metatarsiano…
También durante los primeros días es posible que se requiera un vendaje funcional y apoyo ortésico (muleta). Su fisioterapeuta le aconsejará y propondrá el mejor tratamiento para su caso.
Después de la fase inicial de inflamación (por lo general 48 a 72 horas) se empieza con la rehabilitación del tobillo. Si bien es cierto que durante las primeras 48h se podrían aplicar técnicas suaves sobre el tobillo como: drenaje linfático, aplicación de kinesiotaping, crioterapia…etc.
Podemos considerar 4 objetivos principales:
1º) Eliminar la inflamación y el dolor
2º) Recuperar el rango de movimiento
3º) Fortalecimiento de los músculos que rodean la articulación del tobillo, junto con ejercicios de propiocepción y coordinación.
4º) Readaptación a la actividad física y prevención de posibles recidivas
Volver a la actividad
El retorno a la actividad se puede intentar una vez que no hay dolor ni inflamación, y el deportista es capaz de realizar una serie de pruebas funcionales como:
• Andar de puntillas
• Trotar, correr, cambios de ritmo y dirección
• Saltos (pliometría)
• Ejercicios y gestos específicos de su deporte
Prevención de los esguinces de tobillo
No consideramos como bueno el uso constante de tobilleras y / o vendajes de tobillo, ya que a la larga se pierde la capacidad intrínseca de las estructuras del tobillo para corregir los desequilibrios y se acaba dependiendo en exceso de la tobillera/vendaje. Aunque si la vuelta a la actividad física tiene que ser antes de lo esperado, o si el deportista ha sufrido muchas recidivas y consideramos que no tiene una propiocepción adecuada, podemos permitir su uso.
Un programa coherente de calentamiento, estiramientos, fortalecimiento y propiocepción, así como ejercicios de agilidad y coordinación, también ayudará a disminuir las recidivas de los esguinces de tobillo.